Hoy. Mañana.
Un final. Un principio.
En este caso, no es probable que de final a
principio las cosas cambien mucho. De principio a fin, por el contrario, no parece difícil llevarse una grata sorpresa. Quién iba a decir que a veces es cierto
eso de “lo que mal empieza bien acaba”. En ningún caso un mal comienzo debe
condicionar el desarrollo de una historia.
Un nuevo año supone un gran puñado de
oportunidades. Día a día se nos cruzan, se dejan ver o se ocultan, y en nuestra
mano está cogerlas o dejarlas escapar como arena entre los dedos. Bien es
cierto que las cosas no siempre salen como queremos a la primera, iluso el que
lo piense. Pero a veces incluso las decisiones fallidas pueden llevarte al
camino correcto, encauzando tu vida de una manera que no te habías planteado
siquiera o, si lo habías hecho, inconscientemente tu mente había tratado de
seguir por otros derroteros.
Hay oportunidades en la vida que están ahí,
ante tus ojos, esperando que las cojas. Una parte de ti dice sí, otra no. Los
sueños tiran hacia adelante, pero los miedos te arrastran de vuelta. Miedo al
cambio, a la pérdida, a ese futuro incierto que ante nosotros se presenta.
Debería ser la primera parte la que gane, mas sólo un nuevo año determina qué
acontecimientos se desencadenan.
Aunque estando casi en el fin… ¿Para qué
preocuparse por ahora sino del mero principio? Hoy solo cabe dirigir la vista
atrás, hacer un breve repaso. Un balance de recuerdos, de malos y buenos
momentos; de personas, tanto de las que te acompañan desde siempre, como de las
nuevas incorporaciones, muchas de las cuales poco a poco van haciendo su
huequito; de objetivos, los fallidos, los logrados y los que aún están por
conseguir; y, por supuesto de sueños, pues loco aquel que nunca ha soñado en
este mundo de pesadilla.
Ahora doce campanadas suenan, uvas rebosan de
la boca, unos se atragantan mientras otros levantan su cuenco triunfantes; un
brindis con champán, familias abrazándose, llamadas telefónicas, líneas
colapsadas, todo felicitaciones.
Y aquí va una más de ellas. Me gustaría dar
las gracias a todos los que han estado ahí, de una manera o de otra; a todos
junto a los que he podido vivir momentos inolvidables: mi familia, mis amigos (a ocho amigas en especial), a todas las personas que he podido conocer este año y
las que me quedan por conocer; a mis seguidores, y por supuesto a ti, que estás
leyendo esto.
A todos vosotros, (espero no haberme dejado a
nadie), os deseo un muy Feliz Año Nuevo. Disfrutad mucho de esta noche y de las
que a partir de ahora vengan, espero que este año que entra sea de verdad el
vuestro.
¡¡FELIZ 2013!!